En las instituciones de educación superior de Chile, en las que se han realizado un conjunto de investigaciones cualitativas y cuantitativas se ha descubierto que el estilo de liderazgo que tiene un impacto positivo en la cultura académica y, subsecuentemente, en la calidad de las instituciones es el LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL.
Para fortalecer el estilo de liderazgo transformacional se requiere que los líderes de las instituciones, en todos los niveles en que se desempeñen:
Logren una conducta ejemplar, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Ser respetuoso de las personas en las palabras y en los hechos.
- Posicionar la dignidad de las personas en primer lugar.
- Demostrar probidad y honestidad en todo momento.
- Mostrar vocación de servicio y máximo compromiso con la institución y las personas.
- Probar en los hechos su capacidad intelectual y la calidad de su trabajo.
Generen motivación en su equipo, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Valorar y realimentar el trabajo del equipo en forma permanente.
- Proyectar con nitidez un futuro deseable y posible mediante el esfuerzo mancomunado.
- Construir un clima de compromiso por los resultados.
- Relacionar los esfuerzos individuales con los esfuerzos colectivos dándole sentido a la actuación personal y en equipo.
- Relacionar los esfuerzos individuales y colectivos con los resultados para la institución y para las personas.
Estimulen intelectualmente a su equipo, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Propiciar la creatividad y la innovación.
- Buscar y promover nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
- Buscar y promover nuevas alternativas de solución más allá de lo tradicional o lo evidente.
- Profundizar en los temas, debatirlos con flexibilidad y apertura cognitiva.
- Co construir con el equipo los problemas, los métodos y las soluciones.
Consideren individualmente a los miembros del equipo, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Fortalecer las relaciones interpersonales con el equipo.
- Conocer en profundidad las cualidades y debilidades de cada miembro del equipo.
- Brindar los apoyos u orientaciones oportunamente a los miembros del equipo que lo requieran.
- Preocuparse del desarrollo personal y laboral de los miembros del equipo.
La evidencia en Chile muestra que las instituciones de educación superior que han logrado mayores niveles de calidad cuentan con líderes institucionales tanto en la alta dirección como en las unidades académicas que cumplen, en forma avanzada, con las consideraciones anteriores.