En las instituciones de educación superior de Chile, en las que se han realizado un conjunto de investigaciones cualitativas y cuantitativas se ha descubierto que a partir de un LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL es posible construir culturas funcionales y adecuadas que permitan alcanzar los mayores niveles de calidad institucional y en las unidades académicas.
Para mejorar la cultura el líder debe:
Crear una cultura innovativa, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Favorecer la creatividad y la iniciativa de los miembros de los equipos.
- Propiciar y valorar los nuevos desafíos.
- Promover el emprendimiento del equipo en adoptar nuevas soluciones y acciones.
- Tolerar niveles de riesgo razonables.
- Estimular el desarrollo de innovaciones.
Crear una cultura competitiva, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Focalizar y enfatizar los esfuerzos en el cumplimiento de los propósitos estratégicos.
- Estimular el cumplimiento de las metas individuales y colectivas.
- Motivar la posición de liderazgo entre las instituciones afines o que están en un mercado compartido.
- Fomentar la creación de valor estratégico en forma permanente.
- Enfatizar la relevancia de los resultados en forma comparativa con otras instituciones afines o que están en el mismo mercado.
Crear una cultura comunitaria, lo que implica, entre otros aspectos, los siguientes:
- Lograr cohesión entre los miembros de la institución.
- Generar un ambiente de compromiso y lealtad.
- Posicionar a las personas en el centro del quehacer institucional.
- Construir una comunidad entre académicos, funcionarios y estudiantes.
Finalmente, se debe evitar la burocracia que sea posible, reduciendo el número de pasos, normas, y sofisticaciones innecesarias en los procesos y procedimientos.